Desde
que estamos sobre el planeta Tierra, los
seres humanos nos enfrentamos a montañas de problemas, es decir, a hechos o sucesos que nos impiden vivir bien,
ser felices. Algunos de esos problemas son provocados por el medio en que
vivimos (terremotos, enfermedades, sequías, tornados...) y otros los provocamos
nosotros: dependen enteramente de nuestra voluntad, de nuestras costumbres, de
nuestra forma de pensar o de nuestra forma de vivir. Eso quiere decir que podrían
ser evitados. A estos problemas los llamamos “problemas morales”: es
inevitable la sequía, pero no que dos terceras partes de la humanidad pasen
hambre y sed mientras que el tercio restante derrocha comida y agua; son inevitables
los conflictos de intereses, pero no que haya que resolver los conflictos con
la violencia o con la guerra; no es inevitable el rechazo a personas con una
orientación sexual distinta a la nuestra o de una etnia diferente, ni el maltrato
a la mujeres, a
los niños o a
los ancianos, ni las agresiones contra el medioambiente, ni la
tortura a los animales en fiestas populares bárbaras, ni la corrupción de los gobiernos,
etc. etc.
Aunque pueda parecer que actualmente a pocas personas les interesan los
problemas morales porque cada uno parece ir a lo suyo buscando su propia felicidad,
lo cierto es que, si nos paramos a pensar, la felicidad propia es imposible viviendo en un mundo
injusto, bárbaro, violento o corrupto. Como decía Aristóteles, somos “animales
sociales” y por eso se equivoca quien busca su felicidad como si estuviera solo
en el mundo.
Por todo lo anterior existe LA
«ETICA» o «FILOSOFÍA MORAL», una reflexión sobre los problemas
morales. La ética:
§ reflexiona
sobre la responsabilidad que tienen los individuos en los problemas morales
§ diferencia
qué problemas son evitables porque dependen enteramente del ejercicio de
nuestra libertad y cuáles están determinados por factores biológicos,
psicológicos o sociales.
§ piensa
sobre si es necesario o no que nuestra conducta esté regulada por normas y, en
caso afirmativo, por qué unas normas y no otras
§ y,
en definitiva, elabora teorías sobre
cómo deberíamos comportarnos, es decir, sobre cuál es la mejor forma de vivir.
Como podréis observar la
finalidad de la ética es absolutamente práctica: trata de despejar interrogantes
muy relacionados con la manera de vivir mejor nuestra vida. Puesto que los
seres humanos
podemos elegir el tipo de vida que queremos llevar – y puesto que no nos da lo
mismo vivir de una manera que de otra – necesitamos de ética para saber
exactamente lo que más nos conviene antes de hacerlo.
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