La
inmortalidad
Por
Milan Kundera
“Pienso,
luego existo” es la frase de un intelectual que subestima el dolor
de muelas. “Siento, luego existo” es una verdad de una validez
mucho más general y se refiere a todo lo que vive. Mi yo no difiere
sustancialmente del vuestro por lo que piensa. Hay mucha gente y
pocas ideas: todos pensamos aproximadamente lo mismo y nos
comunicamos las ideas, nos las dejamos, las robamos. Sin embargo, si
alguien me pisa un pie, sólo yo siento aquel dolor. NO en el
pensamiento, sino en el sufrimiento, es donde está la esencia del
yo; el sufrimiento es el más básico de todos los sentimientos.
Sufriendo, ni un gato puede dudar de su yo único e irreemplazable.
Cuando sufrimos, el mundo desaparece y cada uno de nosotros se queda
solo consigo mismo. El sufrimiento es la universidad del
egocentrismo."
PARA REFLEXIONAR SOBRE EL TEXTO
- ¿Cuál de las dos opciones defiendes? Si quieres precisar más la cuestión pregúntate: ¿Qué es lo que más constituye mi identidad, mis pensamientos o mis sentimientos?
- La intuición “pienso, luego existo” ha dado pie a un gran número de variantes que incluso cambian el sentido que le dio Descartes. Kundera establece la variante “siento, luego existo”; un escritor incansable afirmaría “escribo, luego existo”; un personaje muy crítico, “protesto, luego existo”. Desde la perspectiva de hoy, ¿te parece que se ajusta a la realidad la variante “salgo en la televisión, luego existo”?
- ¿Crees que Descartes estaría dispuesto a admitir que “pienso, luego existo” y “siento, luego existo” son fórmulas que afirman cosas distintas sobre nuestra identidad?
COMO SERIA LA SOLUCION DE ESAS CUESTIONES
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