Kataratax. Esclavos del sinsentido, 2013
por Victoria Castillo
¡Bienvenidos!
¡Bienvenidos a Occidente! La utopía terrenal, el paraíso al
alcance del hombre. Le garantizamos felicidad, seguridad,
estabilidad, prosperidad y muchas otras palabras a las que sólo los
Occidentales tenemos acceso. Bienvenidos al único paraje en la faz
de la tierra donde dispondrá de todo lo que una persona en su sano
juicio pueda desear: Una casa, una preciosa mujer con la que
engendrar una preciosa familia, un coche y un empleo estable que le
importe ingentes cantidades de dinero con las que comprar toda la
felicidad que necesite o le hagamos necesitar. ¡Y no tendrá que
preocuparse por nada más! Le cavaremos una confortable tumba
mientras usted disfruta de SU flamante vehículo, SU televisión por
cable (un acceso ilimitado a un exiguo extracto de la ilimitada
información del ilimitado mundo), SU propio Smartphone de alta gama,
SU bullente vida social y, agárrese fuerte, la libertad para decidir
sobre SUS propios actos, SU propio destino
(dentrodeunosmárgenesestrictos) y sobre las leyes que rigen su
mundo. Y con esto no queremos decir otra cosa más que… ¡Es usted
y sólo usted el responsable del mundo en el que vive y de los
cambios que en este acontezcan! ¡Cambie su mundo (si tiene cojones)!
Y recuerde, querido conciudadano… Los grandes cambios empiezan en
casa. Estamos seguros de que es usted una gran persona, y que podría
llegar a hacer grandes cosas, por eso queremos, deseamos
fervientemente, que siga jugando a las casitas y disfrutando de los
privilegios de una cómoda y emocionante vida. Por favor, no lea la
letra pequeña.