domingo

COMO UN AULLIDO INTERMINABLE



Palabras para Julia (Los suaves)


JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO
                                                                 Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

lunes

LA MUERTE PARA EMPEZAR


Fernando Savater. Las preguntas de la vida

Recuerdo muy bien la primera vez que comprendí de veras que antes o después tenía que morirme. Debía andar por los diez años, nueve quizá, eran casi las once de una noche cualquiera y estaba ya acostado.  Mis dos hermanos, que dormían conmigo en el mismo cuarto, roncaban apaciblemente. En la habitación  contigua mis padres charlaban sin estridencias mientras se desvestían y mi madre había puesto la radio que  dejaría sonar hasta tarde, para prevenir mis espantos nocturnos. De pronto me senté a oscuras en la cama: ¡yo también iba a morirme!, ¡era lo que me tocaba, lo que irremediablemente me correspondía!, ¡no había  escapatoria! No sólo tendría que soportar la muerte de mis dos abuelas y de mi querido abuelo, así como la de  mis padres, sino que yo, yo mismo, no iba a tener más remedio que morirme. ¡Qué cosa tan rara y terrible, tan  peligrosa, tan incomprensible, pero sobre todo qué cosa tan irremediablemente personal! 

domingo

LA INCÓGNITA DE LA TETERA

 

Bertrand Russell Is There a God ?

Muchas personas poco ortodoxas hablan como si fuera tarea de los escépticos refutar los dogmas recibidos, en lugar de que sean los dogmáticos quienes los prueben. Por supuesto, eso es un error.
 Si dijera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana china que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podía refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña para ser descubierta ni siquiera por los telescopios más potentes.
Pero si yo dijera que, dado que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella sería de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, entonces sería del todo correcto pensar que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si en ciertos libros antiguos se afirmara la existencia de tal tetera; si se enseñará  cada domingo como verdad sagrada y se les inculcar a los niños en la escuela, vacilar a la hora de creer en su existencia sería un signo de excentricidad y aquellos que dudaran en tiempos ilustrados merecerían las atenciones de los psiquiatras o, en tiempos anteriores, los del inquisidor.


lunes

CONOCIMIENTO VS ESPECULACIÓN


Por Jesús Mosterín


La noción del saber es más estricta y estrecha que la del mero pensar u opinar. La palabra ‘ciencia’ es un calco del latín scientia, derivado del verbo scire, saber. Casi todos (excepto algunos primitivos y postmodernos) preferimos el saber. Tan grande es su prestigio que los que predican algo suelen disfrazarlo de ciencia. Los predicadores por antonomasia, es decir, los dominicos, expresan sus ideas teológicas en una revista titulada La ciencia tomista. En las facultades de Filosofía de la Unión Soviética había siempre un departamento de Comunismo Científico. Incluso los charlatanes y nigromantes pretenden practicar las ciencias ocultas: ocultas, sí, pero ciencias.
La filosofía surgió en Grecia con el intento de separar el grano de la paja en el orden cognitivo, es decir, con la distinción entre conocimiento sólido (episteme) y opinión infundada (doxa). Esta preocupación atraviesa la historia de la filosofía y en cierto modo culmina con las discusiones de los años 30 del siglo XX en torno al llamado problema de la demarcación. Demarcar un terreno es señalar sus lindes o confines, trazar la frontera que lo separa de otros. Cuando los filósofos de la ciencia hablan de ello, se refieren a la búsqueda de un criterio que sirva para separar la ciencia fiable de la mera especulación. Los positivistas lógicos del Círculo de Viena enfatizaron el contraste entre la ciencia rigurosa, fiable y empíricamente contrastada y los mitos, especulaciones metafísicas, ideologías y meras opiniones arbitrarias. Como moraleja, trataban de acercar la filosofía a la ciencia sólida y alejarla de la especulación quimérica.