Las
personas somos básicamente animales sociales y como tales
establecemos vínculos afectivos con otras personas. Muchas
investigaciones han reconocido la importancia de tales vínculos y
han intentado desentrañar sus misterios: cómo empiezan, se
desarrollan y continúan o se deshacen.
Pero,
¿qué nos atrae de las personas?¿Qué nos induce a acercarnos a
ellas?¿Se trata de un simple impulso biológico o en la atracción
intervienen preferentemente factores psicológicos y culturales? ¿La
atracción se ajusta a patrones fijos o, por el contrario, cada
persona tiene sus propias preferencias?
La
atracción que cautiva a dos seres humanos es un misterio casi
insondable. No hay que olvidar que el comportamiento sexual de la
especie humana no tiene parangón en el reino animal. Instintos
primarios y condicionantes culturales forjan nuestra compleja y rica
conducta sexual . En el ser humano los mecanismos de la atracción
superan ampliamente la barrera del instinto biológico animal para
convertirse en un complejo entramado de sentimientos, experiencias,
percepciones subjetivas, interacciones, situaciones, valores, etc.
Por eso, aunque no renuncie al estudio de la”química” o la
“biología” de la atracción, la Psicología se centra en la
investigación de la «atracción interpersonal», a saber, la
tendencia a valorar positivamente a otra persona, una actitud que
depende de muchos factores. He aquí algunos de los más
determinantes.