Fuente: Revista Filosofía Hoy nº 19
Tengo
la costumbre de distinguir entre tres tipos de amor, que designo con
los tres nombres griegos que los antiguos dieron a esos
tres amores: eros, la pasión amorosa; philia,
la alegría de amar (que normalmente se traduce por amistad); y
finalmente agape, el amor al prójimo. La pasión
amorosa es el amor según Platón, tal como lo
cuenta en El Banquete. Como él dice, el amor es
deseo y el deseo es lo que falta. Estar enamorado significa
descubrir que alguien nos falta terriblemente, que ya no podemos
vivir sin esa persona. Y se intenta seducirla. Eso puede suceder o
no. Si al final se consigue seducir a esa persona, podrán vivir
juntos, tener hijos...A fuerza de compartir cama y vida todos los
días, la persona que faltaba cada vez falta menos. Si el amor surge
como deseo de lo que falta, al vivir juntos ya no hay falta, y
tampoco amor. Conclusión: la vida en pareja acaba con la pasión
amorosa. Es verdad que lo que uno quiere a los 16 años es la pasión
amorosa, pero no hay ni un solo filósofo que diga que eso es
posible. Es preciso decir la verdad: si amas la pasión amorosa, no
vivas en pareja. ¡Para que una pareja pudiese durar años tendrían
que verse una vez al mes!