Habiendo
examinado ya el aspecto teórico del arte de amar, nos enfrentamos
ahora con un problema mucho más difícil, el de la práctica del
arte de amar. ¿Puede aprenderse algo acerca de la práctica de un
arte, excepto practicándolo?
La
dificultad del problema se ve aumentada por el hecho de que la
mayoría de la gente de hoy en día esperan recibir recetas del tipo «cómo debe
usted hacerlo», y eso significa, en nuestro caso, que se les enseñe
a amar. Mucho me temo que quien comience este último capítulo con
tales esperanzas resultará sumamente decepcionado. Amar es una
experiencia personal que sólo podemos tener por y para nosotros
mismos(...)