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FILOSOFÍA DEL ÉXITO



El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven.
Whiplash es una asombrosa película que, con música de jazz de fondo, reflexiona sobre esa filosofía de la vida que identifica éxito y felicidad, transmitiendo que cada individuo afronta su existencia en solitario y frente a los demás como una especie de acto heroico solo apto para lobos esteparios. Es también una película para pensar muy seriamente sobre la educación en el siglo XXI.


PARA DIALOGAR DESPUÉS DE LA PELÍCULA
  1. ¿Qué es para ti una vida exitosa? ¿Tiene algo que ver con perder o ganar?
  2. El profesor Fletcher afirma que las dos palabras más peligrosas de nuestro idioma son "Buen trabajo" ¿Piensas que el halago motiva o que debilita?
  3. ¿Crees que hay una necesaria relación entre éxito y competitividad o que se puede tener éxito sin competir por nada ni contra nadie?
  4. Para el profesor Fletcher "El tempo con sangre entra" —y en este caso no es una metáfora. ¿Estás de acuerdo con esta visión de la educación basada en la selección de los mejores? 
  5. El profesor Fletcher entiende que su exigencia extrema no es más que un medio para que sus alumnos aprendan a superar sus propios límites ¿Te parece una buena filosofía de la vida no renunciar nunca a nada? ¿Aceptar límites es de perdedores?
  6. Se denomina "falacia de Nirvana" a la tendencia a rechazar cualquier cosa del mundo real porque comparada con una alternativa perfecta e irreal resulta menos motivante. ¿Crees que Andrew y Fletcher cometen esta falacia?
La filosofía de la vida en las sociedades liberales


Filosofía del éxito: El éxito se presenta como un sinónimo de felicidad. Sólo es feliz quien triunfa. No hay lugar para los perdedores El nivel de nuestras aspiraciones se fija, por tanto, en conseguir el triunfo y son las personas que llegan al éxito (los héroes, los premiados, los "grandes") quienes merecen nuestro reconocimiento


Filosofía de la competitividad: "Ser más", "tener más", son las claves del comportamiento humano más reconocido. No es tan importante preocuparse por asentar la convivencia en el cuidado mutuo, sino en medirse con los demás. "Estás nominado" o "coge tus cuchillos y vete" son algunas de las frases más escuchadas en los realytis televisivos, empeñados en hacernos ver la vida como una especie de guerra de todos contra todos en la que solo sobreviven los mejores.

Filosofía de la cuantificación: Todo se entiende a través de las cifras, todo está cuantificado. También las personas acaban siendo cifras: un número en la estadística de parados, un voto en las elecciones, una calificación en el expediente académico, unos cuantos títulos en algunos concursos, una cifra de ingresos...


Filosofía de la utilidad: ¿para qué sirve eso? ¿Para qué me sirves tú? se valoran los comportamientos desde la óptica de la eficacia y el rendimiento. Tanto produces, tanto vales.

Filosofía del individualismocada individuo afronta su existencia en solitario y frente a los demás como una especie de acto heroico solo apto para lobos esteparios. Sentirse rival en la diferencia, construir una identidad impermeable y aislada, son valores que encuentran eco fácil en los medios de comunicación.

Filosofía del consumo: la escalada frustrante de necesidades insatisfechas no tiene fin. se inventan necesidades que una vez satisfechas darán paso a nuevas necesidades. La persona se parece más a un recipiente lleno de agujeros que a alguien con un verdadero proyecto vital.

Filosofía de la apariencia: la apariencia es presentada como la realidad misma, sin ninguna invitación a penetrar más allá de la simple fachada de las cosas, de las situaciones, de las personas.

Filosofía de la prisa: no es justo desperdiciar un segundo. Hay que hacer muchas cosas, perseguir muchas metas, realizar muchos encuentros. Se apuesta por una vida repleta de fugaces experiencias. El sosiego y el detenimiento son entendidos como síntomas de falta de tono vital.

Filosofía de la posesividad: "No renunciaré" se convierte en una tesis, en un estilo de vida. No hay limitaciones, hay que aspirar a todo. Y hay que llegar cueste lo que cueste.

Filosofía de la violencia: Las cosas se arreglan por la fuerza, los conflictos se resuelven a través del poder. La vida de las personas se somete a la fuerza de quien no tiene escrúpulos

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