domingo

¿REALMENTE NECESITAS TANTO PARA SER FELIZ?

Epicuro y la felicidad, 2009

Sandra Sánchez Guerra

Una de las grandes preocupaciones del filósofo griego Epicuro era la propia felicidad, algo que suele preocupar a la mayoría. ¿Cómo ser felices? ¿Qué se necesita para ser feliz? Mientras que anteriormente los filósofos querían saber más acerca de otros sentimientos como la bondad, Epicuro se interesó por cómo ser feliz y se centró en ello.

Sus estudios acerca de este estado de ánimo le influyeron tanto, que decidió dedicarse por completo a la felicidad y fundó una escuela bajo el nombre Escuela para la Felicidad. La idea de Epicuro y sus análisis fueron sorprendentes para todos y después de estudiar la felicidad durante muchos años, el filósofo llegó a una serie de conclusiones.
Entonces – como ahora – la gente estaba obsesionada por encontrar el amor, por tener mucho dinero y por disfrutar de grandes lujos. En lugar de ello, Epicuro apostaba por valorar lo que se tiene para conseguir la tan ansiada felicidad. El amor y la felicidad se repelen, es demasiado complicado y rara vez se puede comprender.
Sin embargo, las amistades son mucho más gratificantes porque con los amigos uno no es posesivo. Por ello Epicuro creía en la importancia de cuidar a los amigos y encontrar tiempo para los planes entre amigos.
Acerca del dinero, el filósofo analizó los esfuerzos que se invierten para tener un trabajo y una carrera profesional. En muchas ocasiones – como actualmente – hay dificultades para encontrar empleo y lo único que se encuentra son ambiciones frustradas.
No obstante, lo realmente satisfactorio en un trabajo es realizarse gracias a él. Cuando ayudas a los demás o haces cosas para mejorar tu entorno, te sientes realizado y llegas a la conclusión de que la labor que realizas es verdaderamente significativa e importante.
Al igual pasa con los deseos de tener una gran casa, un coche o los grandes lujos. Detrás de la fantasía del lujo, lo que uno busca es la calma. Crear un entorno acogedor con vistas ayuda a que las preocupaciones se diluyan ya que se comprenden mejor. Es lo que Epicuro defendía, la calma como una cualidad interna resultado del análisis personal. Por ello, siempre es bueno encontrar un rato para leer, escribir o aprender de la mano de un buen consejero.
Así lo hizo él, decidió convivir diariamente con sus amigos en una modesta parcela donde cada uno se dedicó a una tarea distinta. Dejaron de lado sus trabajos y se centraron en la fabricación de muebles o el arte. Una parte del día la dedicaban a comprenderse mejor, a reflexionar sobre uno mismo y las ansiedades de cada uno.
El experimento del filósofo se extendió como la pólvora, e incluso se formaron comunidades de epicúreos por todo el Mediterráneo. La influencia de Epicuro fue mucho más allá y llegó a inspirar al mismísimo Karl Marx quién pensó en él como su filósofo favorito y modeló el comunismo al estilo de Epicuro. Incluso hoy en día su análisis de las falsas señales de la felicidad son usadas para la publicidad.
La filosofía de Epicuro exprime la esencia de la verdadera felicidad. La abundancia y el vivir a manos llenas no son sinónimo de felicidad, los valores sí lo son.
El pensamiento de este filósofo invita a cambiar la comprensión de uno mismo y en consecuencia, cambiar la sociedad en la que se vive. A menudo, inviertes dinero y tiempo en cosas que no necesitas para ser feliz, probablemente un regreso a la filosofía y el respeto a los valores son una mejor inversión en el negocio hacia la felicidad.

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