martes

MÁS ALLÁ DE LA QUÍMICA



Todos nuestros sentimientos, así como nuestro pensamiento y conducta, se forman con la ayuda de sustancias químicas. La calidad de todos los sentimientos y sensaciones está sometida a condiciones neuroquímicas (...) Sin embargo, ellas solas no explican suficientemente los sentimientos y las emociones (las condiciones neuroquímicas) son la gramática de los sentimientos, pero no el sonido y la complejidad semántica.
Por muy imprescindibles que sean, las estimulantes moléculas de serotonina y las excitantes moléculas de noradrenalina no se activan por sí solas. Son transmisores que deben ser mandados de viaje, de una célula a otra, de un centro del cerebro a otro. Una vez llegados a su destino, desencadenan ciertas reacciones: inhiben, aceleran, motivan o bloquean. Dicho brevemente: los neurotransmisores transmiten significados y, cuando llegan a su destino, desencadenan significados, pero no piensan por sí mismos.
Un sentimiento completo se forma a partir de una compleja sinfonía de muchas voces. En los sentimientos están implicadas varias regiones del cerebro, las propiedades de emisión y de respuesta de las células nerviosas, los neurotransmisores, el complejo patrón de enlace con otras estructuras del cerebro y, naturalmente, todos los estímulos del medio que actúan sobre el sistema a través de los sentidos. ¿Por qué una determinada música provoca en una determinada persona un sentimiento de bienestar, mientras que otra la percibe como un ruido desagradable¿?¿Por qué a algunas personas les gustan las ostras, y a otras les dan asco? ¿Y cómo es posible que en algunos momentos lleguemos a odiar a una persona a la creemos amar? Los sentimientos son muy fáciles de explicar desde el punto de vista químico, pero su formación, surgimiento y desaparición constituyen una realidad difícil de sondear.

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