Un trastorno de la personalidad se define como un patrón permanente e
inflexible de comportamiento, que se aparta sustancialmente de las
expectativas sociales y culturales. Tiene su inicio en la adolescencia o
principios de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y
comporta malestar o prejuicios para quien lo padece. Este vídeo del portal Piscoactiva nos presenta un catálogo con los rasgos característicos de los 14 trastornos de la personalidad más frecuentes que puede ser de utilidad para investigar el tema. No usar en caso de tendencia desmedida a etiquetar a las personas o aparentar ser psiquiatra sin serlo.
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD (Resumen del DSM IV )
Un trastorno de la personalidad es un patrón
permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento
que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del
sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad
adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o
perjuicios para el sujeto.
Los trastornos de la personalidad están reunidos
en tres grupos que se basan en las similitudes de sus
características. El grupo A incluye los trastornos paranoide,
esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos
trastornos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye
los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la
personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer
dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C incluye los trastornos
por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la
personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer
ansiosos o temerosos. Es frecuente que los individuos presenten al
mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a
grupos distintos.
Características diagnósticas. Los
rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas
de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo
que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y
personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos
de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando
causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.
La característica principal de un trastorno de la personalidad es un
patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se
aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y
que se manifiesta en al menos dos de las siguientes áreas:
cognoscitiva, afectiva, de la actividad interpersonal o del control
de los impulsos. Este patrón persistente es inflexible y se extiende
a una amplia gama de situaciones personales y sociales y provoca
malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de
otras áreas importantes de la actividad del individuo. El patrón es
estable y de larga duración y se puede descubrir que su inicio se
remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
El patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia
de otro trastorno mental y no es debido a los efectos fisiológicos
directos de una sustancia (por ejemplo: una droga, una medicación o
la exposición a un tóxico) ni a una enfermedad médica (por
ejemplo, traumatismo craneal). Los ítems en cada grupo de criterios
para cada uno de los trastornos de la personalidad específicos son
enumerados en orden de importancia diagnóstica decreciente según
los datos relevantes sobre eficiencia diagnóstica (cuando existen).
Síntomas dependientes de la cultura, la edad
y el sexo. La valoración de la personalidad debe tener en
cuenta los antecedentes étnicos, culturales y sociales del sujeto.
Los trastornos de la personalidad no se deben confundir con problemas
asociados a la adaptación a una cultura diferente que se da tras la
inmigración o con la expresión de hábitos, costumbres o valores
religiosos o políticos propios de la cultura de origen del sujeto.
En especial si se evalúa a alguien de una cultura diferente, resulta
útil para el clínico obtener información de gente que conozca el
entorno cultural del sujeto.
Curso. Las características de un
trastorno de la personalidad suelen hacerse reconocibles durante la
adolescencia o al principio de la edad adulta. Por definición, un
trastorno de la personalidad es un patrón persistente de formas de
pensar, sentir y comportarse que es relativamente estable a lo largo
del tiempo. Algunos tipos de trastornos de la personalidad
(especialmente el trastorno antisocial y el de límite de la
personalidad) tienden a atenuarse o a remitir con la edad, lo que no
parece ser el caso en algunos otros tipos (por ejemplo, el trastorno
obsesivo-compulsivo y el esquizotípico de la personalidad).
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