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LO LLAMAN DEMOCRACIA, ¿PERO LO ES? (2): LOS DESAFÍOS




fuente: web filópolis


Las democracias occidentales han respondido a unas necesidades sociales y políticas; pero en el siglo XXI y con los grandes cambios que se están produciendo, se presentan nuevos retos. Si las democracias no quieren perder intensidad o devaluarse, será necesario mejorar sus instituciones.


Una democracia más participativa, no sólo representativa

Siempre preocupa el porcentaje de abstención que se produce en unas elecciones; si la abstención es muy alta, los resultados pierden credibilidad y se tiene que analizar las causas. Una de éstas es el no cumplimiento de los programas que los partidos proponen o la falta de control de las actividades de los partidos que representan a los ciudadanos. Parece que con más posibilidades de participación, de una participación efectiva, se reducirían las causas que producen desinterés o déficit democrático.
Es innegable que las nuevas tecnologías permiten, en las democracias occidentales, incrementar la participación ciudadana. Gracias a internet, hoy es posible un debate público y una participación directa en pluralidad de ámbitos de la vida política.
¿Poder econòmico por delante del poder político?

Hoy, más que nunca, el poder se ha diversificado. Más allá del poder político hay el poder económico y también el poder mediático. Con el proceso de globalización el poder económico ha incrementado sus posibilidades, perdiendo terreno el poder político. Dicho de otra manera, los estados pierden poder ante los mercados, cosa que comporta una pérdida de peso de las decisiones democráticas; así, los intereses privados, el mercado con su objetivo incrementar el beneficio, se impone. En unas circunstancias como éstas no se va hacia un mundo más justo sino que se acentúan las desigualdades.
Uno de los retos de las actuales democracias, si éstas quieren subsistir, es encontrar las vías para llegar a formas democráticas superestatales con poder de control de los poderes económicos.

¿Poder mediático por delante del poder político?

Los medios de comunicación son unos creadores de estados de opinión pública; en cierta manera son educadores de una sociedad, mostrando preferencias por unos valores o por otros. La responsabilidad del poder mediático es alta, y es un poder creciente. ¿Los ciudadanos y las instituciones democráticas han de dar total autonomía a este poder? Si no se quiere que la democracia se devalúe, un reto es impregnar de democracia el poder mediático o que este poder esté supervisado por las instituciones democráticas.

¿Globalizar la democracia?

El Estado por si solo no puede resolver los problemas de una sociedad, tampoco es garantía de los intereses generales. Se suele decir que el Estado-nación se ha hecho "demasiado pequeño para los grandes problemas y demasiado grande para los pequeños problemas". Así, urgen instituciones que atiendan los grandes problemas e instituciones que atiendan los pequeños problemas. A problemas globales no determinados por fronteras, como por ejemplo la capacidad de intervención financiera de algunos grupos económicos o como por ejemplo la criminalidad organizada, hace falta aplicar soluciones globales.
En este contexto de limitaciones de los estados emerge lo que se denomina Sociedad civil y que realiza tareas de interés social; destacamos en este ámbito las Organizaciones No Gubernamentales, tanto nacionales como internacionales.

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