miércoles

¿LA INTENCIÓN ES LO QUE CUENTA?

Asumir nuestra libertad supone responsabilizarnos de nuestros actos. Como dice Savater (Las preguntas de la vida), «Ser libre no es responder victorioso “¡yo he sido!” a la hora del reparto de los premios, sino también admitir  “¡he sido  yo!”  cuando se busca al culpable de una fechoría». Por eso, la libertad es algo difícil de asumir, ya que es más fácil ser como un niño bajo la dirección y el mando de otros – y que sean ellos los responsables de lo que a ti te ocurra – que hacerte responsable de tu propia vida .
La libertad plantea multitud de problemas filosóficos, uno de los más interesantes podría formularse así: ¿soy responsable del daño que pueda hacer sin querer?  ¿Me eximen de responsabilidad mis buenas intenciones?

Para el filósofo Kant (1724-1804), las personas somos libres precisamente porque podemos actuar desinteresadamente, es decir, sobreponernos a nuestras necesidades y a nuestros deseos, sentimientos e impulsos, ambos muy condicionados por la herencia biológica y la cultura..  Desde un punto de vista ético,  eso significa que una acción o una decisión es buena si y sólo si es libre y es libre si realmente es desinteresada. ¿Cómo saber si estamos actuando desinteresadamente?: Si somos capaces de admitir que nuestra acción o decisión se convierta en norma universal de obligado cumplimiento. Dicho de otra manera, si admitiríamos seguir haciendo lo mismo en circunstancias completamente opuestas. Ese sería un comportamiento bienintencionado
La consecuencia de esta teoría es la siguiente: una conducta es buena si es bienintencionada, no si produce beneficios, no si es útil o si da placer; porque un fin – por muy bueno que sea – nunca podrá hacer buenos los medios utilizados para alcanzarlo. Para Kant, las personas libres sólo son responsables de sus intenciones.

Para seguir pensando

 Teniendo en cuenta la teoría de Kant, ¿qué sería correcto hacer en los siguientes casos?:


Caso 1:
Te has quedado sin dinero, pero necesitas algo de pasta para salir con tu novio/a el fin de semana. Cabe la posibilidad de que pidas prestado a una amiga, pero eres consciente de que no podrás devolvérselo y también de que si no le prometes firmemente que se lo devolverás en un tiempo determinado, ella no te dará ni un duro. ¿Sería correcto que se  lo pidieras en estas circunstancias?

Caso nº 2
Un miembro del comando etarra “Andalucía” es detenido en Málaga. Tú eres el inspector/a de policía que vas a interrogarlo. El comando tiene previsto un gran atentado en la ciudad. De la declaración del detenido depende que se salven muchas vidas inocentes, tal es así que desde el Ministerio del Interior se te garantiza que nadie preguntará qué has hecho para sacarle información. Tú sabes de sobra que un interrogatorio convencional no logrará nada, pero que si se le tortura el terrorista “cantará”. ¿Debes torturarlo o recurrir al interrogatorio convencional?

Caso nº 3

Tienes un crucial y dificilísimo examen final en el que te juegas tu futuro. No has estudiado nada porque te apetecía hacer otras cosa, pero ahora necesitas aprobar. El profesor te sopla en absoluto secreto las preguntas. De este modo, serás de las/los pocas/os que apruebe en tu clase a pesar de que hay gente que se ha matado estudiando. ¿Debes presentarte al examen en estas condiciones?

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